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Esta metodología, ha demostrado aliviar, tanto en niños como en adultos, una amplia gama de trastornos como:
Disfunciones congénitas Trastornos de la succión y respiración en bebes Lesiones del sistema nervioso central, medulares y pares craneales Dolores craneofaciales y migrañas Fatiga y Estrés Incoordinación motora Dolores crónicos de cuello y espalda Escoliosis, discopatías, hernia de disco Bruxismo y disfunciones de la articulación témporo-mandibular (ATM) Trastornos de aprendizaje Estrés post-traumático y emocional Autismo y trastornos de la conducta
Se recomienda como tratamiento preventivo ya que mejora el sistema inmunológico y aporta mayor energía, calidad de sueño y equilibrio físico y mental.
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